Con su nombre pintoresco (calle del gato que pesca), que podría ser sacado de una novela de Baudelaire, la Rue du Chat-qui-Pêche habla a nuestra imaginación y de una leyenda graciosa que te vamos a contar a continuación. Pero no es su única ventaja puesto que esta calle rara es una de las calles más estrecha de París, con una largura máxima de 1.80 metros.
Credits: LPLT – Wikipedia
La rue du Chat-qui-Pêche es muy antigua, ha sido abierta en 1540. Conectaba directamente la rue de la Huchette con el cauce del rio Sena. Hoy en día llega hasta el quai Saint Michel, cuya construcción se inició 20 años después de la perforación de la calle estrecha.
No siempre ha tenido este nombre especial. Rue des Etuves (calle de las estufas) era su nombre de origen y se refería a los baños públicos donde la gente venía a lavarse y a relajarse, lo que no estaba autorizado por la moralidad cristiana. Cambio de nombre un tiempo para “Rue du Renard” (calle del zorro) después “Rue des Bouticles”. Su nombre actual se debe al letrero de una tienda que se refería a un proverbio muy conocido en aquella época “aller voir pêcher les chats” (ir a ver pescar a los gatos) se decía de una persona que se dejaba convencer fácilmente.
Su larga historia justifica su estrechez: fue abierta durante una época donde las casas estaban construidas cercas las unas de las otras y no se podía crear calzadas más anchas.
Durante la primera mitad del siglo XIX fue cerrada por rejillas antes de ser abierta de nuevo a la circulación.
Este nombre no podía hacer nada más que estimular la imaginación. Una vieja leyenda cuenta que antiguamente vivía un canónigo con un gato negro que tenía agilidad proverbial: con un solo golpe, pescaba los peces de la calle. Además, como el canónigo Dom Perlet hacía alquimia, tres estudiantes vieron en esto la marca del diablo. Estaban convencido que el hombre y el gato eran un único ser, y decidieron matar al gato y tirarlo en el Sena. El alquimista desapareció, lo que consolidaba sus ideas…. Pero un día regresó, se había tenido que ir de viaje. ¿Y el gato? Un día volvió a aparecer y ¡siguió pescando en el rio como si nada hubiera pasado!
La Rue du Chat-qui-Pêche inspiró un libro que se titula igual escrito por Jolán Földes. Esta autora húngara vivió en esta calle en los años 1930 y escribió su novela sobre una familia de emigrantes húngaros que se mudó a esa misma calle para reconstruirse y combatir para ofrecerse una nueva vida, más digna.
El principal interés de esta calle es su estrechez. De 29 metros de largo, los turistas y los curiosos vienen a recorrerla seducidos por su carácter auténtico. Podrás aprovechar tu visita de la isla de la Cité y de la catedral Notre Dame de París para atravesar el Sena por el puente – Cardinal Lustiger. Verás la Rue du Chat-qui-Pêche cerca del número 9 del quai Saint-Michel. Si sigues esta calle te encontrarás en la zona turística de la Rue de la Huchette, con sus restaurantes y sus tiendas de souvenirs.
En metro, el acceso más simple es la estación Saint Michel (línea 4).
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Hoy la visitamos. Muy interesante!!!
E a minha rua preferida de Paris que conheci em 1963 pela primeira vez. Voltei novamente em 1999 e tentrei ir á dita rua mas quase foi impossível. Ninguém a conhecia, incluso os Correios. Depois vim a descobrir que nem os cofrreios a conheciam porque esta rua não tem nenhuma casa e consequentemente não há correspondência para entregar aí. Continua a ser a rua ,mais carismática para mim, numa cidade já de si carismática...